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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.7 n.24 La Paz feb. 2013

     

    INVESTIGACIÓN

     

    De lo patria el alto nombre..."

    Referencias históricas sobre la ciudad de El Alto

     

     

    Johnny Fernández Rojas'
    Nació en Huanuni, Prov. Pamaleón Dalence, Oruro, 1956. Comunicador Social, Universidad Católica Boliviana de La Paz.
    Responsable del Centro de Documentación de la Ciudad de El Alto. Gestor cultural e historiador de la ciudad de El Alto y de Quillacollo.
    Postgrados en: Universidad Santo Tomás y Universidad Privada "Franz Tamayo" de La Paz, en el Centro Internacional de Estudios
    Superiores de Periodismo en Quito, Ecuador, y en el Centro Internacional de Beit Berl, Israel.

     

     


    Resumen

    Síntesis de la historia de la ciudad de El Alto, que lleva la investigación a los remotos orígenes prehispánicos, atravesando la Colonia, en el que identifica al comandante indio Gabriel Guanayquile en 1623, quien se levanta contra la Corona española, antecedente histórico de importancia, al que le sigue el cuartel general del ejército de Túpac Katari ya en las postrimerías del siglo XVIII y la campaña patriota de 1809 a 1825. La apretada cronología muestra la importancia de la ciudad de El Alto durante el siglo XX, en el que se vislumbran ya los primeros asentamientos que darán lugar al nacimiento de la ciudad de El Alto, que con firmeza fue construyéndose en casi 8 siglos de existencia. Ese espacio geográfico, estratégicamente ubicado, junto a su aguerrida población sabiamente amalgamaron: la dignidad con las carencias, su organización corporativa con la reivindicación social, sus ideales con las decisiones, procesos en los cuales logró su posicionamiento en el andamiaje político, económico y social del país.

    Palabras clave

    <Historia de la ciudad de El Alto> <Proceso urbano de la ciudad de El Alto> <Guerra del Gas> <Migración campo-ciudad>


    Abstract

    Synthesis of the history of the city of El Alto, who leads the investigation to remote prehistoric origins, through the colony, which identifi.es the Indian Commander Gabriel Guanayquile in 1623 who rises up against the Spanish Crown; that followed by the headquarters of the army of Túpac Katari already at the end of the 18th century and the patriotic campaign of 1809-1825. The tight chronology shows the importance of the city oí El Alto during the 20th century, that now looms the first settlements which will result in the birth of the city of El Alto, who firmfy was under construclion in almost 8 centuries of existence. This geographic space, strategícally located next to its fierce population wisely amalgamated: dignity with the shortcomings, it's corporate organization with the social demand, its ideáis with the decisions; processes in which achieved its position in the political, economic and social scaffolding for the country

    Key words

    <History of the city of El Alto> <Urban process of the city of El Alto> <The Gas war> <Rural urban Mieration>


     

     

    Los orígenes de la historia de la Ciudad de El Alto, al igual que de los otros pueblos andinos, aún se debaten entre las imprecisiones y las interpretaciones ambiguas. Mientras los debates sean cada vez más incisivos respecto a este tema, y no se tengan contundencias, la información disponible admite que los antis son considerados como los primeros habitantes de la región andina, a los que les siguieron los collas, lupakas, pacajes, omasuyos, etc., pueblos que generaron un permanente y menudo intercambio de productos, y es precisamente en este proceso que el territorio alteño es recurrido para ser utilizado, como un paso obligado para el tránsito entre estos pueblos, al igual como el que ocurre actualmente.

    En el siglo XI, el Imperio Incaico, en su afán expansivo, inició una sene de incursiones a estas tierras andinas, principalmente al pueblo de Chuquiago, para someterlo, habiendo cruzado en este objetivo, obviamente, "suelo alteño". La indomabilidad del hombre aymara dio muchas muestras de insumisión a las pretensiones incaicas, que encontraron resistencia; la más emblemática se dio en 1357, promovida por el indio Tintuyo. "El Inka envió desde Cuzco a un ejército de doce mil hombres al mando de su hermano Apu Mayta. A la aproximación de éste, Tintuyo se fortificó en el cerro Ichu-kollu en las alturas de Chacaltaya, a tres leguas de Chuquiagu. Después de una reñida batalla, el triunfo se pronunció para Apu Mayta, quien usando de la clemencia que acostumbraban los Inkas perdonó a Tintuyo, lo sometió a la obediencia y pacificó en poco tiempo el país". (1)

    La llegada de los españoles ratificaría "formalmente" el rol a las luturas tierras alteñas: paso obligado de y hacia la ciudad de Nuestra Señora de La Paz. El virrey Pedro La Gasea, decidido a establecer formalmente su dominio en la región, envió a tierras sureñas a Alonso de Mendoza y a un grupo de españoles con el propósito de (undar una ciudad entre Cusco y Potosí, hecho ocurrido el 20 de octubre de 1548 en la población de Laja. No conformes con la ubicación geográfica, optaron por reemprender su búsqueda "hasta que al fin en su trayecto llegaron al borde de una gran hoyada y supieron que estaban en el pueblo aymara del Chuquiago..." (2), mientras otra afirmación refuerza: "...después de un recorrido de 25 kilómetros, más o menos, apostaron a la cima de Chuquiagu que debía llamarse Alto de Lima, y en el que debía levantarse un columna..." (3). En otras palabras, el 23 de octubre de 1548, en el borde de la cima (la Ceja), los españoles decidieron fundar definitivamente la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, en el lugar en el que actualmente está.

    Cuando los conquistadores tomaron posesión de estas tierras, empezaron también con la distribución de las mismas. Obviamente, este proceso conllevó fricciones y hasta actitudes hostiles entre ellos. En lo que concierne a la región "alteña" se encontró una referencia: "Hanckko Hanckko se extendía desde la Ceja de El Alto y Sopochachi Alto... clon Juan ele Rivas y su esposa Lucrecia Sansoles, recibieron esta encomienda... sin embargo, compartían el repartimiento de Viacha con Francisca de Cabrera...".

    (4), afirmación que induce a deducir que el territorio alieno lúe "repartido" a estas dos familias en ese entonces.

     

    Rebeliones

    En el siglo XVII, el régimen colonial ingresó a su plenitud, caracterizado por los conocidos tratamientos crueles aplicados a los indígenas, que en muchos casos lindaron con lo inhumano. Ese estado de situación hizo germinar en los sometidos sentimientos insurreccionales, alzamientos e históricas rebeliones, inicialmente promovidos por los mismos indígenas, secundados después por los mestizos, criollos y hasta por los mismos españoles.

    Gabriel Guanayquiie en 1623 organizó un ejército rebelde en "los Altos de la Ciudad" contra la Corona española, desafiando a un encuentro bélico a las autoridades ibéricas. Bernardino Cárdenas se aproximó a los levantados y logró que desistieran de sus propósitos, dispersándose después hacia Zongo. Antonio Gallardo, "El Philinco", el 1 de diciembre de 1661, luego de su exitosa insurrección y control ele La Paz, se concentró con sus huestes en la región alteña, para luego dirigirse a Puno, donde íue reducido.

    Sin embargo, el acontecimiento que adquirió características inclusive épicas fue el "Cerco de La Paz", hecho histórico que cambió definitivamente la historia de la Colonia, y se constituyó en la primera manifestación para alcanzar la Independencia y la fundación de la República. Los 213 días de asedio protagonizado por los cerca a 80 mil indios alzados, que llegó a denominarse "El Cerco", fue dirigido por Tupac Katari, Bartolina Sisa y Gregoria Apaza, quienes fueron los autores de la nueva estructuración y aspiración de los pueblos del Kollasuyo. Los posteriores, Jaime Zudáñez en Charcas, Pedro Domingo Murillo en La Paz y las memorables acciones de los guerrilleros, continuaron el proceso libertario.

    El 13 de marzo de 1781, con los postulados de la eliminación de la Mita, el ítn del abuso español a los indígenas, la restitución del régimen precolonial y la expulsión de los invasores, después de un ligero enfrentamiento con las fuerzas de José Sebastián de Seguróla, se inició el "Cerco a La Paz", el que prácticamente "íue un anillo humano situado en todo el borde de la cima de La Paz, y al interior del mismo se habilitaron escenarios para el entrenamiento militar, destinaron áreas para el almacenamiento y preparación de los alimentos, espacios para la protección y cuidados de niños, ancianos y heridos, construcción de represas para el aprovisionamiento de agua, además de trincheras y hasta una capilla. Es decir, una enorme ciudadela, con las limitaciones de la época" (5). La prematura rotura de la represa que serviría para anegar la "hoyada" y ahogar a los españoles, el 1 2 de octubre, marcó la declinación de la hazaña. Cinco días después, el Tcnl. José Reseguín y su ejército rompieron "Cerco", arrasaron la "ciudadela", castigaron y dispersaron a los sitiadores. Tupac Katari, principal perseguido, se relugió en inmediaciones de Achacachi; traicionado, delatado y apresado, fue conducido a Peñas, y después de un breve e injusto juicio, el Oidor Tadeo Diez de Medina, le sentenció al descuartizamiento, el 14 de noviembre de 1781. Al morir el rebelde, arengó: ¡Volveré y seré millones! Sus miembros fueron enviados a vanos lugares proclives a posteriores levantamientos. Germán Choquehuanca, historiador aymara, al respecto recordó: "El corazón de Tupac Katari fue enterrado en las inmediaciones del actual monumento al 'Sagrado Corazón de Jesús', ele la Ceja. Hoy, en ese lugar, los sacerdotes aymarás viven y ofrecen rituales.

    Al margen de estos episodios históricos, en el siglo XVIII el territorio alteño se constituyó en un espacio de agitado tránsito de viajeros, comerciantes, traslado ele mitayos, paso de ejércitos españoles y criollos, estos últimos precautelando la gestación y el surgimiento de nuevos levantamientos insurreccionales; por tanto, las "tierras alienas" eran transitadas con mayor fluidez y con insistente frecuencia. Sin embargo, en este tiempo ya se advirtieron los asentamientos ele los primigenios habitantes "áltenos", pocos y dispersos, particularmente en las comunidades de El Kenko, Ventilla, Alpacoma, Amachuma, Ingenio y otros.

     

    El siglo XIX

    En los primeros años de ese azaroso siglo se suscitó el célebre movimiento insurrecto de 1809, proceso emancipador del que no fue ajeno el escenario alteño. El 25 de octubre de ese año, el arequipeño José Manuel Goyeneche, enviado para aplacar la "Revolución de 1809", llegó a territorio de los "altos de nuestra señora de La Paz" y se enfrentó al ejército patriota, encabezado por el español Gabriel Antonio Castro. En medio del intercambio de ráfagas de la fusilería de ambos bandos, Pedro Domingo Murillo, acusado y detenido por las fuerzas patriotas, aprovechó el descontrol en que estaban sumidos los beligerantes y se fugó a Zongo, donde sería capturado más después. La "Batalla de Chacaltaya", denominativo que se le dio a ese encuentro bélico, inició "formalmente" la Guerra por la Independencia del Alto Perú (hoy Bolivia). Goyeneche, triunfante de la batalla, ejecutó a Gabriel Antonio Castro, cuya cabeza fue clavada en un pilar de "Altos de Lima". Dos meses después ocurrió lo propio con la de Pedro Domingo Murillo en "los Altos de Potosí", actual Faro Murillo.

    Pese a esos aparentes escarmientos, los indígenas dirigidos por Casimiro Irusta y Manuel Cáceres, con más de 10 mil indios, y con los mismos principios "tupakataristas", se instalaron nuevamente en el borde de la cima paceña para protagonizar el segundo "Cerco a La Paz", que se extendió de agosto hasta septiembre de 1811. Pedro Benavente rompió el asedio y castigó a los alzados.

    La "Guerra de Guerrillas" también recurrió a las tierras de esta región para sus acciones. El ejército del cura Ildefonso de las Muñecas, en septiembre de 1814, se instaló y se organizó para hacer frente a las fuerzas del Gobernador español Marqués de Valde Hoyos. En noviembre de ese mismo año, el general Ramírez, después de derrotar a las íuerzas patriotas en Achocalla, se apostó en "los Altos de la Ciudad" para anunciar su triunfo. Mariano Ricafort, hombre hostil, sucesor de Goyeneche, castigó y ejecutó sin misericordia a los patriotas rebeldes, cuyas cabezas fueron clavadas en los pilares de "Altos de Lima", "Altos de Potosí" y otros sitios "áltenos".

    El 7 de febrero y el 8 de agosto de 1825, sendas multitudes de vecinos subieron a los "Altos de la Ciudad" para recibir alborozadamente al Mcal. Antonio José de Sucre y al Libertador Simón Bolívar, respectivamente.

    El 17 de abril de 1879, el presidente Hilarión Daza emprendió su marcha hacia la "Guerra del Pacífico", convirtiendo previamente a las tierras "alteñas" en un enorme escenario de despedidas, cánticos, llantos, recomendaciones, oraciones, ele. entre los familiares y los soldados, actos que siguieron por varios kilómetros de "la Ceja", en dirección al Perú.

    La etapa Liberal empezó a cobrar vigencia con el pronunciamiento formal de La Paz, y para evitar sus desenlaces en otros distritos del país, el presidente Severo Fernández Alonso dirigió a La Paz al Ejército regular para sofocarlo. "El 7 ele enero de 1899... arribó con sus huestes a Senkata, situándose a escasos 7 kilómetros al suroeste de El Alto. Se detuvo en orden de combate, pero intempestivamente en vez de atacar viró al noroeste en dirección de Viacha, donde se acuarteló. El 10 de enero se animaron sus escuadrones de caballería a acercarse a El Alto, donde fueron recibidos con una lluvia de disparos y constataron que La Paz estaba preparada para la defensa con fosos, barricadas, trincheras y troneras por doquier..." (6). El nuevo ejército liberal, encabezado por José Manuel Pando, se instaló en las pampas de Amachuma (actual Distrito 10 de la ciudad de El Alto). Ambos bandos también observaban a un tercero que se movilizaba por Altos de Lima; eran los indios que probablemente los dirigía Pablo "Villca" Zarate. El Ejército Constitucional, al advertir la superioridad de los "liberales", se retiró. Pando los persiguió y en inmediaciones de Caracollo y Paria se enfrentaron. Pando salió triunfante.

     

     

    El siglo XX

    El Liberalismo inauguró al siglo XX, y por los hechos ocurridos podrían ser considerados como una dedicación a la ciudad de El Alto. En los iniciales veinte años, el transporte ferroviario, el terrestre y el aéreo instalaron sus centros de operaciones en estas tierras; la Guerra del Chaco exigió el concurso no sólo de "los áltenos" sino de su territorio; se inició el proceso de estructuración de las urbanizaciones (a la fecha superan el millar); su decisiva participación para el triunfo de la Revolución Nacional de 1952, su creación legal como Cuarta Sección de la provincia Murillo y su respectiva elevación a rango de ciudad; la "explosión demográfica"; su incorporación con opciones de decisión en el quehacer nacional y otros, forman parte de la irreverente insurgencia de un pueblo que busca sólo dignidad para vivir en los tiempos actuales.

    En las dos primeras décadas del siglo XX, el original rol de paso obligado por "territorio alteño" adquirió mayor contundencia, principalmente con la construcción de las terminales terrestres de los tramos: Guaqui - El Alto, Arica - El Alto y Antofagasta - El Alto, que más tarde extendieron sus terminales a La Paz. Sin embargo, un hecho que sacudió a la población fue la muerte ele José Manuel Pando, en junio de 1917, ocurrida en inmediaciones de la actual Urbanización El Kenko y la Av. 6 de Marzo, proceso cerrado con el fusilamiento de uno de los sospechosos: Allredo Jáuregui, en 1927, también en territorio alteño.

    La era aeronáutica boliviana, a tiempo de construir el "aeródromo" de El Alto de La Paz, emprendió sus primeras experiencias, además de promover el primer vuelo aéreo del país, en abril de 1920, pilotado por Donald Hudson y Germán Alberdi. El éxito de las subsiguientes operaciones motivó al Presidente de Bolivia, Bautista Saavedra, inaugurar en 1923 la "Escuela Militar y Civil de Aviación en El Alto".

    Dos años después se conmemoró el Centenario de la Fundación de la República, ocasión para la cual varios de los actos fueron previstos en El Alto de La Paz, como: la erección del monumento al Sagrado Corazón de Jesús; la llegada del primer raid aéreo Buenos Aires - El Alto; la "Gran Parada y Desfile del Centenario de la República" (acto encargado al Gral. Hans Kundt), realzado por la presencia del Colegio Militar de Chorrilos del Perú; la clonación al Gobierno boliviano por parte de la Colonia Alemana en Bolivia del avión "Oriente"; y el vuelo de varios periodistas en esa aeronave por el altiplano y el lago Titicaca.

     

    Los años de 1930

    En la tercera década de ese siglo ya se distinguían familias establecidas, principalmente en la Ceja, la mayoría de ellas administrando algún tipo de negocio modesto, entre ellos: Agustín Rodríguez, Justo Colomo, Rogelio Olivares, Cayetana y Flora Luna, Filomena Aguilar, Néstor Sarmiento, Mario Siles, Isidoro Andrade, Juana de La Borda, Felipe Ponce y otros, que fueron también testigos de la inauguración y de las emisiones de Radio "Illimani" a partir de 1933, para cuyo efecto el gobierno conformó el Centro de Propaganda y Defensa Nacional, con el propósito de reforzar el ánimo de los soldados bolivianos, entre ellos áltenos, en la Guerra del Chaco. Esta entidad promovió la construcción de un inmueble que aún sigue en pie, en inmediaciones del actual Policlínico de la Caja de Salud. "...La infraestructura de que se dotó a la flamante radio transmisora en El Alto de La Paz contaba con las siguientes dependencias: sala de control, sala de radio, sala de máquinas, sala de refrigeración o enfriamiento, sala de baterías, dormitorio y lavatorio. Cada una de las dos torres, para onda mediana, fueron de 100 metros de altura, con un peso de 20 toneladas y su armazón de acero". (7)

    A mediados de esta década, los pocos vecinos "altopaceños" gradualmente se agrupaban para procurarse de manera comunitaria de algunos servicios, como la "obtención" clandestina de energía eléctrica de las antenas de Radio Illimani y del "Aeródromo", servicio del que estuvo privada la primera escuela de la Ceja, que inició sus funciones en 1939, con ocho alumnos dirigidos por Nelly Herrera. Actualmente, funciona con el nombre de Unidad Educativa "Abel Iturralde".

     

    Los años de 1940

     

    En estos primeros años, Julio Téllez Reyes, propietario de tierras en la zona sur de El Alto, opto por urbanizarla con respaldo de la Alcaldía de La Paz, hecho que dio inicio al proceso urbano formal ele El Alto de La Paz. Téllez Reyes decidió nominar a esta urbanización como Villa Dolores, en homenaje a su madre. En ese entonces, el área comprendía a las actuales zonas 12 ele Octubre, Villa Bolívar "A" y alrededores. En el sector norte, hicieron lo propio Adrián Castillo Nava y Jorge Rodríguez Balanza. El 4 de diciembre de 1948 se fundó la Junta Vecinal de Villa Alto Lima, dirigido por Manuel Chávez Ticona, representante que hasta la fecha sigue fungiendo en algún grado como dirigente vecinal. El 8 de abril de 1950 le siguió la Junta Vecinal de Villa 16 de Julio, promovido por Juan Cruz Mamani, vecino visionario que posteriormente conferiría institucionalidad a los entes vecinales altopaceños.

     

    Los años de 1950

    La Revolución Nacional de 1952 permitiría al "Alto de La Paz" desempeñar un rol no sólo coadyuvador, sino determinante en su triunfo. El ex presidente David Padilla, que en ese entonces formaba parte del Regimiento Pérez 3 de Infantería de Coro Coro, reseñó: "El 9 de abril llegamos a la Ceja de El Alto más o menos a las 18:30; miembros del Estado Mayor nos esperaban para darnos las instrucciones del caso. Así, al regimiento Pérez se le asignó la zona de esa región sobre Achachicala. Vanos oficiales de otras unidades, que ya se encontraban desplazados, nos informaron que el combale durante el día fue intenso y que había varios oficiales y soldados muertos... debíamos desplazarnos hacia el extremo derecho de la ceja de El Alto para descolgarnos a la 06:00 sobre Sopocachi..." (8).

     

     

    El 10 de abril, Natalio Mamani, vecino "altopaceño", y los mineros de Milluni "tomaron" El Alto, controlaron a los militares, y en calidad de prisioneros lueron trasladados a La Paz, en medio de las balaceras. "A eso de las 10:00, los motores de los cuatro 'ínter' roncaban en las laderas de Chacaltaya, llevando 130 mineros con los bolsillos repletos de explosivos. A media mañana se acercaban a El Alto. Pararon. El jefe del Sindicato los reunió: 'A ver, 40 a este lado', se apartaron 40 mineros de miradas torvas. '/Ustedes va a in a tomar la Base Aérea! ¡Otros 40! Ustedes vayan más aquí del Alto de Lima, toman el camino. El resto conmigo a la Garita del Alto. Voy a tirar la dinamita y esa será la señal'. Los mineros toman la Base Aérea. El 'Bolívar' abandona sus piezas y se entregan. Grupos de infantes del 'Pérez' y del 'Sucre' desfilan con los brazos en alto. Se rinde la Escuela Técnica de Viacha y el 'Abaroa'. Nuevos grupos civiles se arman con las armas capturadas y, mientras unos conducen a los 'rendidos' al Penal de San Pedro, otros corren a reforzar las líneas ya débiles de los defensores de Killi Killi, Miraflores, Laikakota, Sopocachi y el parque Forestal". (9)

    En otros términos, en la Revolución Nacional de 1952 el territorio alteño fue utilizado para trincheras de agitados y confusos enfrentamientos entre mineros, vecinos y militares, que al final desembocó en el triunfo popular. El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que asumió el control del país, posteriormente en la práctica inició también su influencia en las nacientes juntas vecinales a través de los comandos zonales, y en todos los quehaceres cotidianos de los altopaceños, influencia que duraría por lo menos hasta finales de la década de los 80. Según los testigos que aún viven, recordaron que por estos años la empresa "Vasca!" construyó en la Ceja un arco de ingreso a La Paz, en cuya parte superior de la misma se leía: "Bienvenidos a La Paz". La construcción de la Autopista La Paz - El Alto arrasó con el arco.

    Una característica de esta época, y por mucho tiempo después, la representarían dos negocios: la Pensión "Bolívar", de Justina de Chacón, y la Pensión "Strongest", de Julia de Rodríguez, que en realidad fueron las referencias "altopaceñas". En esa década también la administración estatal instaló oficinas de Tránsito, de la Policía y de la Aduana en la Ceja.

    En ese contexto, se gestó la formación de un ente que representaría al conjunto de las juntas vecinales y de las comunidades asentadas en territorio alteño: el Consejo Central ele Vecinos ele El Alto de La Paz, instituido el 3 de julio de 1957 (presidente Juan Cruz Mamani); en 1966 se convertiría en Sub Federación (presidente Manuel Chávez Ticona) y en 1979, en Federación de Juntas Vecinales de El Alto de La Paz (presidente Raúl Urquizo Ergueta).

    Entre las preocupaciones de estas organizaciones sociales y comandos zonales del MNR, se encontraban el atender la educación de la niñez y juventud, dado que ya funcionaban un par de escuelas, y los estudiantes que las concluían debían trasladarse a La Paz, muchos de ellos a pie; por ello, en 1958, se fundó el primer colegio secundario: Juan Capriles.

     

    Los años de 1960

    Los visos ele conferir caracteres urbanos motivó a los dirigentes del Consejo Central de Vecinos de El Alto de La Paz a elaborar el primer diseño arquitectónico urbanístico, que en la práctica representó una alerta acerca de su crecimiento considerado en ese entonces de inusual, conceptos ratificados, después de la inauguración en abril de 1966, de las primeras 561 viviendas de Ciudad Satélite, de las cerca ele 5. 000 existentes en la actualidad. A la par de ese aporte urbano, apareció en circulación el primer impreso del Alto de La Paz: "Satélite" en 1968, al que le siguió el tabloide "El Satélite" en 1970; después vendría la Radio

    "Eduardo Avaroa" en 1977 y, finalmente, el Canal 24 de televisión en 1993.

    Como parte de este acelerado proceso, se conoció que en 1967 la Empresa Suiza "Shonholzer Ingenieros Consultores" elaboró el Anteproyecto "Funicular La Paz - El Alto". En 2002, la empresa Bolivian Investiment Link SRL hizo lo propio. Al parecer, casi cinco décadas después, el actual Gobierno encamina este anhelo que se entregaría al público en 2014, el "Teleférico La Paz - El Alto".

    La Hermana Araceli Revuelta, que prestó sus servicios hasta 1968 en la Parroquia Santa María de los Ángeles, perteneciente a la congregación Misioneras Dominicas del Rosario, se constituyó en la primera enfermera de la región, quien asistió a los enfermos diseminados principalmente en los sectores rurales y alejados, en ese entonces, como Villa Ingenio, Villa Remedios, Cupilupaca, Villa Andrani, Yunguyo y otros, cuyos recorridos lo hacía a pie, porque directamente no había transporte.

    Corolario de la década, y en una fecha premonitoria, el 6 de marzo de 1969 fue entregado oficialmente el Aeropuerto Internacional de El Alto "Johnn F Kennedy", como producto del convenio suscrito por el Gobierno boliviano y el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.

     

     

    Los años de 1970

    El gobierno del Gral. Alfredo Ovando Candia, en abril de 1970, asistió a la inauguración de la Sub Alcaldía de El Alto, incluida la posesión de su primera autoridad: Jaime Machicao Méndez. Con ello se inició el proceso de descentralización municipal. Casi exactamente un año después se creó también el Sub Tesoro Municipal, mediante otra Ordenanza Municipal.

    El panorama político, a través de los golpes de Estado promovidos por militares, continuaría. En octubre ele 1970, "el Gral. Juan José Tórrez... aparece instalado en la Base Aérea ele El Alto, instando al pueblo a la resistencia, apoyándose en la Fuerza Aérea que le dan su respaldo. La Central Obrera Boliviana, comprendiendo el carácter de las contradicciones en el seno del Ejército, apoya a Torres y decreta la movilización popular a favor de éste y en contra del golpe fascista". (10)

    Posteriormente, se instaló el gobierno de Hugo Banzer Suárez, cuyo mandato concluyó siete años después con una protesta nacional iniciada por cuatro mujeres mineras, que al final lograron: la amnistía política e irrestricta, la convocatoria a elecciones generales y la restitución de todas libertadas restringidas. El Gobierno presentó su propio candidato, el Gral. Juan Pereda Asbún, que en un tiempo también fungió como comandante de la FAB, asentada en el El Alto; sin embargo, antes de la conclusión del recuento de votos, Pereda precipitó otro golpe de Estado. Entre los pocos actos del nuevo mandatario se cita su participación en la inauguración de la "Autopista La Paz - El Alto", ocurrido en julio ele 1978. La continuidad de la dinámica política siguió. En 1979, el Cnl. Alberto Natuch Busch también se inscribió en la lista de los golpes de Estado. Un estudioso del tema, que más después sería rector de la Universidad Pública y Autónoma de El Alto (UPEA), describió: "Aviones de la Fuerza Aérea Boliviana y algunos helicópteros artillados siembran la confusión y la muerte con sus vuelos rasantes sobre la multitud que lejos de atemorizarse, redobla su decisión de lucha. Un helicóptero fletado por el Ejército de la compañía americana 'Grover', que construye un camino en el norte de La Paz, se convierte en el peor asesino de las jornadas sangrientas y era comandado por los capitanes Jotré y Palenque, ensañándose con la población de los barrios marginales de la ciudad. Cualquier grupo de personas, así sean éstas simples curiosas, resultaban blanco perfecto para la unidad aérea mercenaria. Con un odio indescriptible observaba el pueblo de La Paz las circunvoluciones del helicóptero maldito". (11)

    Para ilustrar la situación, el matutino católico Presencia, en su edición del 9 de noviembre de 1979, publicó una relación de muertos y heridos de los sucesos ocurridos en El Alto de La Paz: "Centro Santa María de Los Ángeles: 35 heridos, 6 muertos; Centro Alto Lima: 6 heridos, 6 muertos, y el Hospital 20 de Octubre: 10 heridos y dos muertos".

     

    Los años de 1980

    La inauguración de un edificio propio para la entidad edil; la creación de la Alcaldía Distrital con autonomía técnica, administrativa y de gestión; la creación de la Cuarta Sección de la provincia Murillo con su capital El Alto; el cambio de nombre de Alio de La Paz a El Alto y después a Ciudad de El Alto; la creación de sus símbolos municipales; la llegada del Papa Juan Pablo II; y la creación de la Universidad Pública fueron los hechos destacables de esta nueva etapa, agitada y convulsionada en algunos casos.

    La gestión del subalcalde Miguel Aramayo Esquive! inició la construcción de un edificio propio municipal, materializado en 1980 e inaugurado por la presidente Lidia Gueüer Tejada, en marzo de ese año. Guillermo Gutiérrez Villegas fungía como subalcalde de El Alto de La Paz. Después de más de dos décadas de ese hecho, el predio fue destruido y siniestrado en febrero de 2003, actualmente conocida como "Alcaldía Quemada".

    A más de un año en el cargo, de los 20 anunciados, el presidente de tacto Gral. Luis García Meza Tejada, en agosto de 1981, en la Fuerza Aérea Boliviana ele El Alto, fue obligado a renunciar a la Presidencia junto a su "Gobierno ele Reconstrucción Nacional". Restituida la democracia, el nuevo gobierno de. la Unidad Democrática y Popular, por su naturaleza político-ideológica, atendió de manera preferente a El Alto de La Paz: impulsó los Comités Populares de Salud; la lucha contra el analfabetismo; la ejecución de los planes de vivienda ("Lotes y Servicios", "Las Quishuaras" y otros); el Servicio Nacional de Transporte Automotor (ENTA) y otros.

    Sin embargo, el hecho que marcó historia con letras mayúsculas fue la aprobación de la Ley 728 del 6 de marzo de 1985, que creó la Cuarta Sección de la provincia Murillo, con su capital El Alto, objetivo perseguido por más de 30 años por las organizaciones vecinales, y que al final mereció también el decisivo concurso del Frente de Unidad y Reivindicación Independiente de El Alto (FURIA), a través de la versatilidad de gestión de Gregorio Romero Morales.

    El logro de esa disposición, cjue además le asignó un nombre propio: "El Alto", le afianzó para ejercer conslitucionalidad. En junio de ese año, las Elecciones Generales habilitaron a la población aliena a elegir a sus propias autoridades municipales. ADN se impuso con dos representantes en la Junta Municipal (hoy Concejo) ele los cuatro en disputa, una obtuvo el MNRy el último el MIR. Las primeras autoridades (ueron posesionadas en noviembre también de ese año. En ese proceso de construcción, en agosto de 1986, se instituyó la Central Única de Trabajadores de El Alto (CUTAL), más tarde Central Obrera Regional (COR). Después de casi dos meses de ese hecho se creó la primera institución de profesionales: el Colegio Territorial de Arquitectos de El Alto. Los primeros meses de 1988 el nuevo Gobierno Municipal aprobó los emblemas áltenos: el escudo, la bandera y el himno.

    "Un hecho que marcaría historia en el país y, obviamente, en El Alto, ocurrió el 9 de mayo de 1988: la visita por primera vez a Bolivia del Sumo Pontífice Juan Pablo II, quien llegó, pisó y besó tierra boliviana, en el Aeropuerto Internacional de El Alto. Al día siguiente, ofició una misa en predios de la Fuerza Aérea Boliviana de El Alto, ante más de 600 mil personas. Concentración humana, jamás vista en Bolivia con ese motivo" (12). La Ley 1014 de 26 de septiembre de 1988 elevó a El Alto a rango de ciudad; desde esa ocasión ostenta su actual nombre : Ciudad de El Alto.

    La educación superior también formó parte de este proceso: "el 17 de lebrero de 1989 se inició una movilización popular encabezado por la FEJUVE, seguida de una huelga de hambre para encaminar la Universidad Técnica y Laboral de El Alto (UTLA), la que concluyó con el asentimiento de las autoridades, principalmente para la construcción de su predio" (13). La Ley 1521 de 5 de septiembre de 2000, y la posterior modificación en noviembre de 2003, confirieron a la Universidad Pública y Autónoma de El Alto (UPEA) autonomía e ingreso al Sistema Universitario del país. A esta experiencia se sumó la Diócesis de La Paz, en agosto de 1989, que fundó en la Ciudad de El Alto la Normal Católica "Sedes Sapientae", y en marzo de 2006 el Gobierno Central entregó la Ley que creó el Instituto Normal Superior Técnico Humanístico ele El Alto (INSTHEA).

     

     

    Los años de 1990

    Si la década de los años 60 representó el despegue; los 70, la institucionalización; los 80, la constitucionalización; los 90, serían la consolidación y la profundización del proceso de construcción de la ciudad de El Alto.

    La evidencia de las condiciones preocupantes y hasta intolerables del habitat ele los áltenos y las estrategias para hacerle frente, se constituyeron en objetivos del decenio. En julio ele 1990, la FEJUVE obligó al Gobierno ele Jaime Paz Zamora la realización de una Sesión de su Gabinete Ministerial en la ciudad de El Alto, resultado de lo cual se aprobó la Ley 1259, del 10 de septiembre de 1991, por el que declaró a la ciudad de El Alto "en emergencia nacional por cinco años".

    La efervescencia de la actividad política experimentada en la ciudad de El Alto también practicó una notoria influencia en las organizaciones sociales, a las que intentaron someterla a sus intereses, y en algunos casos lo lograron. La aparición de Conciencia de Patria (CONDEPA) y de Unidad Cívica Solidaridad (UCS), incluidos los partidos tradicionales se incrustaron en la principal organización vecinal, hasta dividirla, inclusive en tres cuerpos directivos. CONDEPA, que Helero esta intervención, lo hizo también en el Gobierno Municipal, cuya administración ostentó toda la década, gestión salpicada de frecuentes irregularidades, muchos de las cuales aún se hallan en las instancias judiciales.

    Pero también se registraron otros sucesos que cobraron institucionalidad; así, en 1993, el presidente de la Corte Suprema de Justicia posesionó a los primeros jueces y magistrados de la ciudad de El Alto, y más de un año después, en agosto de 1994, se creó la Diócesis de El Alto y se posesionó al primer Obispo, Mons. Jesús Juárez Párraga. En noviembre de 1998, la Defensora del Pueblo, Ana María Romero de Campero, creó la Representación Especial del Defensor del Pueblo, y en julio de 1999 fueron posesionados los tres primeros subalcaldes de la ciudad de El Alto, en sujeción al proceso de Descentralización Municipal. A la lecha existen 14.

     

    Por su parte, el Gobierno del presidente Gral. Hugo Banzer Suárez, que decidió atender con carácter prioritario las demandas alteñas, en diciembre de 1997 creó el "Plan Nacional de Emergencia para combatir la pobreza en la Ciudad de

    El Alto", y para su ejecución instituyó la "Comisión Impulsora de Lucha contra la Pobreza de la Ciudad de El Alto". En marzo ele 1998, la misma autoridad anunció la puesta en marcha de la citada Comisión, con rango de Delegación Presidencial, además de un presupuesto ele 50 millones de dólares. Asimismo, se anunció el traslado inmediato de la Prefectura del Departamento a la ciudad ele El Alto,

    El cierre de la década también marcó el fin de CONDEPA en las Elecciones Municipales de diciembre de 1999, cuando la población le dijo no. El "Plan Progreso", que fue una fracción del MIR. encabezado por José Luis Paredes Muñoz, se adjudicó el triunfo.

     

     

    El siglo XXI

    Cien años antes, el liberalismo ingresó en su apogeo, ele lo que "los altos de nuestra Señora de La Paz" (como se denominó a la región alteña), fue notoriamente beneficiada. Concidentemente, el siglo XXI encontró a la ciudad de El Alto en pleno apogeo del neoliberalismo, truncado en sus primeros años. Pese a ello, la ciudad de El Alto, más bien, potenció y proyectó su proceso constructivo, que le permitió asumir no sólo roles de militante participación, sino ele definición, que en muchos casos rebasó su carácter regional, como la "Guerra del Agua", la "Guerra del Gas", la expulsión ele la empresa trasnacional "Aguas del Illimani", la renuncia de dos presidentes (Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa), el triunfo del Movimiento Al Socialismo (MAS), el Gran Cabildo por la Sede de Gobierno (que concentró a cerca de dos millones de personas en la Ceja), la promulgación de la Nueva Constitución Política del Estado, que concibe a Bolivia como un Estado Plurinacional, y que además pretende reestructurar el país. Éstos y otros sucesos hicieron virar la atención del país hacia esta ciudad, y en algunos casos también desde ámbitos internacionales.

    Sin embargo, los movimientos más emblemáticos ele la historia contemporánea de la ciudad de El Alto fueron los hechos más conocidos como "Octubre negro". Una mirada sociológica al respecto lo hizo un pensador aymarista alieno: "En el levantamiento general de la ciudad ele El Alto... se ha producido una interrelación entre la ciudad y el campo. Esto no se había visto desde 1979 cuando la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSTUCB) había liderizado el bloqueo de caminos a nivel nacional en contra del golpe ele Estado de Alberto Natush Busch. Ahora, en 2003, nuevamente lo indígena, y también lo popular, se ha constituido en el factor de unificación o eje articulador entre la ciudad y el campo ciado por profundos sentidos de pertenencia común a las formas de organización indígena". (14)

    En otras palabras, "El Alto es una expresión material ele una parte ele la larga historia de Bolivia. Esta larga historia ele asentamientos, ele expulsiones, de loleamientos y urbanización es una historia que es necesaria para comprender las formas de relacionamiento social de El Alto contemporáneo". (15)

    Heredera del místico valor patriótico, osada vocera por la preservación de la dignidad humana y, esencialmente, hilvanadora de la esperanza de los ciudadanos bolivianos del siglo XXI, son conceptos inequívocos para caracterizar a la Ciudad de El Alto, y que por su rol en la historia nacional le asiste demandar el rótulo para sí: "Patrimonio intangible ele la dignidad nacional".

    Aunque parezca pretencioso, ese calificativo que, paso a paso, pero con firmeza, sin retrocesos, fue construyendo en casi 8 siglos de existencia, y eme por justicia histórica le asiste. El espacio geográfico ocupado, eslratégicamenLe ubicado, junto a su aguerrida población sabiamente amalgamaron: la dignidad con las carencias, su organización corporativa con la reivindicación social, sus ideales con las decisiones, procesos en los cuales logró su posicionamiento en el andamiaje político, económico y social del país.

    La ciudad de El Alto es conocida también como la "ciudad de los excluidos", pero en la realidad el siglo XXIconvirtió a la exclusión en una inclusión nacional.

     

    Notas

    1.     DÍAZ ARGUEDAS, Julio (19 78). Síntesis histórica de la ciudad de La Paz 1548-1948. Departamento de difusión e Investigación Cultural. Alcaldía Municipal de La Paz. Editorial Casa Municipal de Cultura de La Paz "Franz Tamayo". Págs. 39 y 484.

    2.     Ibid.

    3.     OCHOA, Rubén (1980). Tradiciones paceñas. Biblioteca Popular Boliviana de Ultima Hora. La Paz. 182 pp. ?ág. 41.

    4.     COMITÉ PRO IV CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA PAZ (1948). La Paz en su IV Centenario 1548-1948, II monografía histórica. Pág. 70.

    5.     FERNÁNDEZ ROJAS, Johnny (2007). Compendio histórico: Ciudad de El Alto. Ediciones Quishuaras (circulación limitada).

    6.     PONCE SANJINÉS, Carlos (1998). Al filo del Centenario de la Revolución Federal de 1898. En el prólogo de "Acerca de la capitalidad de la República de Bolivia". Julio César Velásquez Alquizaleth. La Paz, Imprenta PAP, pág. xi.

    7.     DE LA QUINTANA CONDARCO, Raúl y DUCHEN CONDARCO, Ramiro (1986). Radio Illimaní, los primeros años de su historia (1933-1937). La Paz, 117 pp.

    8.     PADILLA ARANCIBIA, David. Decisiones y recuerdos de un General. La Paz. Editorial Boliviana, pág. 188.

    9.     ECHAZÜ ALVARADO, Jorge (1984). El militarismo en Bolivia. La Paz.

    10.   Ibid

    11.   Ibid

    12.   FERNÁNDEZ ROJAS, Johnny (1993). En las manos: la Ciudad de El Alto. Centro de Reporteros Populares. Ediciones Qrúshuaras.

    13.   FERNÁNDEZ ROJAS, Johnny (2002). Historia en imágenes: Ciudad de El Alto. Ediciones Quishuaras.

    14.   MAMANI RAMÍREZ, Pablo (2005). Microgobiernos barriales. Levantamiento de la Ciudad de El Alto (octubre 2003). Instituto de Investigaciones Sociológicas IDIS-UMSA. Imprenta WA-GUI. La Paz. Pág 136.

    15.   ARBONA, Juan Manuel (2010). Apuntes sobre la larga historia de El Alto. La Paz.